miércoles, 26 de diciembre de 2012

«Hay jóvenes pensando en que sí se puede» –Entrevista con Daniel Ulloa


¿Se puede confiar en la nueva ola de escritores nacidos a finales
de los ochenta? ¿Es posible que hagan un cambio?

Por Maynor Xavier Cruz*

Cuando vos, Mitre, Lanzas y Araica fundan Tarantela,  ¿cuál era su objetivo principal?
Buscábamos proyección, simple y llanamente, ya que en los periódicos y revistas del momento era imposible publicar, entonces decidimos crear nuestro propio espacio desde nuestra ciudad, así surgió el grupo Tarantela. Habíamos conseguido algunos escritos que consideramos de calidad, y cuando eso pasa pues necesitás hacerlos públicos, y lo hicimos. Lo interesante es que una vez que salió la revista, los escritores que estaban en la escena se interesaron en el proyecto, porque había calidad y lo más importante: compromiso literario.

¿Quiénes eran los escritores que estaban en escena en ese momento?
Había grupos proyectándose, con escritores de diferentes edades, entre ellos 400 Elefantes, Literatosis, Tribal lLiterario, habían otras revistas, recuerdo El agujero, que si no me equivoco era de la UNAN-León, estaba Ojo de Papel, y los suplementos de La Prensa y El Nuevo Diario, entre otros que ahora no recuerdo; eran las voces que ahora son reconocidas como la Generación del Desasosiego y  en ese momento crucial es que aparecemos nosotros. Como era difícil encontrar quién financiara una publicación, entonces el trabajo se realizó a través de las revistas literarias. Y el trabajo en ese momento fue mantenerse vigente y que se te tomara en cuenta.

¿Cómo se llevaron ustedes con los escritores de los grupos que me mencionaste?
Muy bien, y a veces con algunos muy mal, algunos buscaban a golpe de confrontación un eco, producto de la inmadurez y de la desconexión con la generación de vacas sagradas, otros se preocupaban en escribir bien y no entrar en el ruedo de la controversia. Recuerdo que en muchas ocasiones en las mesas donde se reunían varios escritores se originaban unas discusiones interminables y encendidas, yo más de alguna vez fui protagonista de ese tipo de discusiones. Eso tenía que ver con el carácter existencial de cada escritor y cómo  se asumía este asunto que supone el escribir, y todas esas dudas que se plantean para siempre en carácter humano de cada quien.

Esta pregunta es más personal: ¿cuál es el cambio que le ves a la literatura nacional?
El cambio fue, que gente sin recursos económicos y asumiendo con valentía ser autodidactas  se metieron a escribir y lo tomaron en serio, cuando lo normal  es que gente con recursos económicos (por no decir burgueses) fueran quienes lo hacían, viajando a Europa, Estados Unidos y luego regresando a Nicaragua para traer la buena nueva, esta vez pues todo era salido del comal nica, pues pocas veces los protagonista de esta historia eran acomodados o había estudiado en el extranjero, por esta vez ricos y pobres estaban escribiendo y haciéndolo bien.


Esto de que gente sin recursos económicos se haya metido a escritor, ¿lo ves como algo negativo o positivo?
Positivo en el asunto del compromiso y negativo en una sola línea, unos la tienen más fácil que otros (risas). Me río porque yo fui y soy de los sin recursos. Imaginá a un joven que tiene la oportunidad de estudiar en Londres con todos sus gastos pagados, y sentarse en una gran biblioteca donde encontrará de todo, y a otro que tiene que rebuscar los libros de lectura obligatoria y normal, dentro del quehacer literario, en las carretas de segunda mano en el Oriental, y que para colmo no le alcanza el dinero para comprar los libros que necesita o los que quisiera leer no están ahí.

Será mi apreciación pero ahora veo más jóvenes escribiendo, y muy bien ¿vos no ves lo mismo?
Sí, tenés razón y eso es saludable. Ese fue el trabajo que se dio en ese tiempo, sin los grupos antes mencionados, para los jóvenes de hoy en día sería extraño el aventurarse a escribir, quiérase o no, sin las revistas del 90 y del 2000 al 2005 este proceso no estuviera sucediendo, fuimos el “bypass literario” entre la generación de los ochentas y noventas para entrar en el siglo XXI.

¿Pensás que sólo serán buenos escribiendo poesía y no en otros géneros literarios?
Mirá, el culpable del encasillamiento en las letras la tiene don Rubén, en buena hora tenemos a Sergio Ramírez y a Gioconda Belli  publicándose en Alfaguara, y con la iniciativa del CNE y el certamen de publicación, ahora hay jóvenes pensando en que sí se puede, y no morir anónimos en la narrativa. He leído muy buenas propuestas narrativas de escritores jóvenes este año, y por supuesto en la poesía también.

¿Hacia dónde ves que apunta nuestra literatura actual?
(Ríe de nuevo.)  Yo personalmente no puedo saberlo, apenas he leído a unos cuantos escritores actuales porque compré sus libros cuando estuve de visita en Nicaragua, pero me hacen falta varios y no tengo la posibilidad de comprarlos ahora porque vivo en Alemania, pero te puedo mencionarte que hay unos cuantos ahí comprometidos que darán de qué hablar en el futuro. Algo que es verdad: es que no se ha presentado un escritor que represente realmente la literatura actual, como lo hizo por ejemplo Calos Martínez Rivas, PAC,  Coronel Urtecho o Joaquín Pasos, hablando de gente joven, esperemos que surja pronto.

A los escritores nuevos de Matagalpa,  ¿pensás que puedan aportar mucho?
Para mí la literatura no tiene que ver con que yo haya nacido en un lugar u otro, tiene que ver con un compromiso literario personal, no puedo opinar por otra gente,  joven o vieja de mi departamento, cada quien tiene su propia vida y sus propios compromisos, al final todos somos nicaragüenses y eso es lo que representamos en verdad y muchas veces ni siquiera eso.

[*] Maynor  Xavier Cruz (1988). Chagüitillo-Matagalpa. Licenciado en Comunicación Social. Miembro del grupo literario Conciliábulo. Escribe cuentos  y poesía.


Retorno al futuro [*]

 
Luis Cardoza y Aragón rompe con "Retorno al futuro" dos telarañas tenebrosas de la América Latina, tejidas por la misma araña: la literatura "desinteresada" y la diplomacia vendida. Mientras más azotada y oscura ha sido la vida de nuestros pueblos de América, con más ahínco ha existido en cada uno de ellos un grupo de arañas que ruidosamente ha tejido la indiferencia y el olvido.
Mientras Trujillo, sátrapa demencial de Santo Domingo, aniquilaba preciosas vidas de combatientes en la tortura y en la horca, allí existió o existe aún un grupo de mozalbetes que “pulsan la lira” al mejor estilo surrealista. También en Nicaragua, convertida por un tal Somoza desde hace 25 años en pocilga infernal, los poetas se han dedicado a oscurecer su literatura para proteger al mandón. En Chile, en estos tiempos en que el perverso González Videla, judas marshalizado, abre campos de concentración, encarcela y mata, hay poetas que escriben ratoniles imitaciones, traducidas de las revistas surrealistas de hace veinte años, o de las existencialistas, que aunque tengan sólo algunas semanas, huelen a ultratumba.
La diplomacia latinoamericana hace el juego también a las fuerzas regresivas, torpes y brutales, que encadenan nuestros pueblos. Son su opresión de falsedad y mentira, como esta literatura de arañas. En todas partes del globo se hallarán representantes que no representan nada y en esta vacuidad brillan, con fosforescencia única, los Embajadores y Ministros de la América Latina. Embajadores hay, designados en París por haber hecho disparar sobre una manifestación en masa, en la Plaza de Gobierno, en Santiago.
Estos sí han comprado sus empleos con sangre, pero no con sangre de ellos, sino con la de nuestros muy martirizados pueblos. Hay otros, truhanes empedernidos, que son nombrados representantes supremos de Chile ante la ONU sin contar los que detentan desde hace muchos años, el prestigio de haber representado, sin cambiar de sitio, las proezas y el progreso de Honduras, de Venezuela mártir o del Perú desgarrador.
Luis Cardoza y Aragón no ha roto sin impunidad estas dos tramas mortales en las que podía haber caído. Poeta de preclara estirpe y diplomático singular, Cardoza y Aragón no vendió su alma a la taumaturgia ni a la mentira.
Guatemala es bella y enmarañada, inocente y sombría. Jamás me fatigué de recorrer sus altos bosques de resinas recónditas y pájaros deslumbrados y en las ciudades entré cuando cada puerta me echaba al rostro una bocanada de aroma a caoba. Conocí Guatemala, esclavizada por una de sus largas dictaduras y antes de que la libertad hubiera sido conquistada con la victoriosa sangre de los obreros y estudiantes. Todo allí era silencio y sombra. Imperaba la espada del espantoso caudillo, caballero y caballo cuyas bridas eran alargadas o acortadas desde Washington.
Toda la América Central sufre estos desmandados payasos de manos ensangrentadas, que obedecen al monopolio de la United Fruit y a otros intereses. Durante cuarenta años los “libertadores” de los Estados Unidos andan dando tiros cariñosos a los centroamericanos, hasta que en ellos venciera la “democracia occidental”. Y el Señor Truman está contento, duerme feliz cada noche, porque ya logró, junto con la colonización traidora de Puerto Rico, cárceles atestadas de prisioneros políticos en Nicaragua, en Santo Domingo, en Panamá y en Costa Rica.
Guatemala, con la contribución de su pueblo y de algunos hombres como Cardoza y Aragón, con una espléndida y luchadora juventud, logró recia victoria en la que han tenido que expulsar al Embajador norteamericano. Wall Street escogió a expertos que, como Patterson, se adiestraron en Yugoslavia, junto al traidor Tito y su banda. Sin embargo, fueron expulsados de Guatemala, creada por los intereses de los antiguos dictadores y por la voracidad norteamericana.
¡Qué bello país! Llegué hasta sus confines. Hasta Río Dulce, inmenso y vegetal, trémulo de trinos y follaje, hundiéndose en lagos virginales como en el útero sagrado y silencioso de América.
Vi las ceremonias de los dulces y atrasados indios de Chichicastenango. Enterrados bajo una doble losa de paganismo y clericalismo, son los herederos del pueblo Quiché, que relució en América precolombina como diadema deslumbrante.
En Guatemala se comienza a hablar de reforma agraria y el gobierno de Arévalo ha hecho de la educación pública su gran cruzada, pero las fuerzas reaccionarias, asociadas con Wall Street y con el gobierno de Washington, combaten ferozmente estos adelantos populares.
De este pueblo, que recién renace de una larga agonía, viene Luis Cardoza y Aragón. Exiliado en México durante la tiranía, puso toda su atención en ese fenómeno, el más importante de la pintura mundial: el muralismo mexicano. Aclaró, con su poesía y su pensamiento, sectores mal iluminados, entrando en toda la actividad intelectual de México, con la calidad y la claridad que le son propias.
Tenía que verse a este hombre singular ante el impacto que la Unión Soviética da, como una claridad mayor en la historia humana. Porque podría esperarse, tal vez, por los mal intencionados, y por los interesados que este escritor, surgido de disciplinas torturadas, al llegar a la Unión Soviética hubiera retrocedido en vez de avanzar, como lo hizo: hubiera retrocedido hacia las telarañas de la literatura y de la diplomacia que he descrito. Hubiera así complacido a docenas de poetizoides falsamente esquizofrénicos, a decenas de diplomáticos condecorados; hubiera satisfecho el ansia voraz de la burguesía, que busca en cada visitante de la Unión Soviética la confirmación de las calumnias que ella misma crea.
Y de aquí que este intelectual de finísima contextura, que este diplomático de un pequeño país, casi invisible en el mapa del mundo, se atreva a decir su verdad y escribe este libro inquietante para los empresarios de la guerra fría y que por tanto ha sido fríamente silenciado. Es el libro de un verdadero y alto escritor y de un hombre honrado, por eso se le relega al silencio. No lo encontraréis en los salones dorados y vacío de la diplomacia latino-americana. Allí solamente se lee el “Readers Digest”.
La Unión Soviética, a pesar de la jauría, cada vez más amenazadora en sus aullidos, sigue siendo para nuestros pueblos el valuarte de la paz y de la creación. Con más razón en estos días. La guerra saca su rostro desde las fábricas de armamentos, mostrando la bomba atómica como la culminación de la cultura capitalista. Los hombres de todas las naciones nos agrupamos en torno a la Unión Soviética para cantarla y defenderla.
Este libro es un canto y una defensa de la gran nación que amamos. Tendrá, por eso y por la clarividencia iluminada de su autor, larga vida y eco sonoro, a pesar del silencio que no puede apagar su canto.

[*] Prólogo de Neruda para Retorno al futuro, antología preparada por Cardoza y Aragón. Dicho prólogo jamás fue publicado debido a las desavenencias personales entre ambos poetas.

martes, 18 de diciembre de 2012

Canción de los tres marineros




CANCIÓN DE LOS TRES MARINEROS [*]

Necesitamos apoyo para tanta pesadumbre.
     Fernando Gordillo

A Edgar Mendieta, Luis Carlos Saborío
y la misma mesa solitaria en Los Pueblos

Que el corazón del mundo cabe en el pico
de los pelícanos aunque empecinadamente 
                                  —verano tras verano—
decidan chocar contra el cielo: ya lo sabíamos.
Que este viejo madero libre
no fue lo único que restó para asirnos
mientras sin mapas ni compases
nuestra nave
                       nuestros enseres
                                                      nuestra felicidad
dormían en el silencio del cementerio marino.
—Señor Capitán, ¿a dónde vamos?
¿Existirá puerto más grato
que la cintura de la amada
demorada entre sábanas negras 
minutos antes de la partida?
¿Anclaremos en otro archipiélago
o en la cristalizada pupila de Dios?
—Lo sabremos más tarde.
Cuando el Tiempo nos sirva otra ronda.
Cuando los saltamontes secos no crujan más.
Cuando un certero disparo sea por fin nuestro himno.
—Cuando hayamos llegado.
Que todo nuevo día es siempre naufragio.
Que todas las mujeres que hemos lastimado
nos esperarán  en algún islote fuera de curso:
       también lo sabíamos.
Así que no teman, amigos; beban.
Nuestra pena no será más amarga
que el próximo frío litro de cerveza.

[*] Texto incluido en Poemas sin esquina, próximo a publicarse por Editorial EquiZZero, de El Salvador.